Ucayali: El reto de una cadena de cacao libre de deforestación

El cacao peruano ha definido una importante meta para mantenerse entre líderes: aumentará su producción. Al 2030 se espera lograr una producción de 250 mil toneladas de cacao en grano, serán casi 100 mil toneladas más al final de la década, ¿puede ser esto sostenible? Este fue uno de los temas abordados en la 23 Convención Nacional del Café y Cacao.

La presión del reto recae sobre los productores y las áreas donde se trabaja el cultivo, luego de la expansión del café y cacao en la selva norte, hoy la selva central se posiciona para consolidar el cacao, en particular Ucayali, que se encamina como la segunda región productora: con 24 mil hectáreas y más de 21 mil toneladas producidas el 2020, es la región con mayor impulso para seguir a San Martín.

Este proceso debe ser sostenible, responsable y, en particular, económicamente viable para los productores. Es por ello que el CIAT (Centro Internacional de Agricultura Tropical) ha desarrollado el estudio e implementación de modelos de negocios para abordar los motores de la deforestación en Perú. El ingeniero José Choy presentó los primeros avances de este proceso en la 23 Convención Nacional del Café y Cacao, donde expuso sobre “Cacao y Chocolate: hacia una cadena de valor libre de deforestación y baja en emisiones de gases efecto invernadero en la región Ucayali”.

La región tiene el reto de que el proceso no incida en deforestación y otras acciones que aumente las emisiones, por lo que se ha propuesto recoger las principales lecciones y anticiparse a los principales cuellos de botella que muestra el proceso, una visión conjunta es el camino para que Estado, productor y empresa puedan llegar a definir y cumplir compromisos.

Para ello, se ha elaborado una detallada hoja de ruta que aborda los principales problemas: la productividad y rentabilidad del cultivo, la trazabilidad para respaldar el origen del cacao y el involucramiento de las autoridades locales, la agregación de valor tanto en la transformación del producto como en el desarrollo de atributos que sirvan para distinguirlo en mercado, y la articulación pública privad que respalde y de soporte a esta estrategia.

La dispersión geográfica y su accesibilidad son un reto, no sólo para la tecnificación del cultivo o su atención con capacitación y asistencia técnica, sino también para su georreferenciación, es por ello que se ha hecho un estudio detallado del uso del suelo, identificando los resultados que diferentes alternativas tecnológicas pueden brindar en función de su potencial de reducción de emisiones. Este es un esfuerzo multi-actor, que deberá consolidar la capacidad regional y adaptar propuestas validadas, en los modelos actuales. Se requiere de 6 a 9 hectáreas de cacao para que un productor tenga al menos un ingreso equivalente a dos sueldos mínimos mensuales, es decir, o duplican área o aumentan productividad.

El piloto de este proceso se desarrolla con el Comité Central con Desarrollo al Futuro de Curimaná, involucrando a 226 familias productoras de cacao actualmente en mercados certificados. Con ellos se ha comenzado el proceso de georreferenciación y el diagnóstico físico de los productores, incluyendo sus áreas de bosque, y se les ha diseñado propuestas a medidas de fertilización e intensificación de labores adecuadas a su escala y acceso a inversión. El modelo espera congregar compradores y financistas, además de dar sustento regional al cumplimiento de los compromisos ambientales en emisiones de gases de efecto invernadero.

Cabe citar que la 23 Convención Nacional del Café y Cacao se desarrolló del 29 de Junio al 2 de Julio, con más de 40 expositores nacionales e internacionales, y la participación de más de 5 mil personas y permitió una mirada prospectiva de ambas cadenas, sus necesidades técnicas, sus oportunidades en los mercados externo e interno, así como la necesidad de articular políticas que coadyuven al desarrollo de los productores. El evento fue realizado por la Cámara Peruana del Café y Cacao.