LIMA. Quedó atrás 2020, año que será recordado por el protagonismo de la ciencia médica y por los millones de personas afectadas por el COVID-19. Sin embargo, considerando que somos un país multidisciplinario, hemos estado expuestos de manera paralela a la geodinámica de nuestro planeta Tierra que trae consigo sismos, erupciones volcánicas, fenómeno El Niño y otros peligros naturales.
El Instituto Geofísico del Perú (IGP), como institución oficial del Estado para la investigación y monitoreo de algunos de estos peligros, ha sabido consolidar importantes retos científicos orientados a la prevención de desastres. Así, ha logrado la consolidación del Centro Sismológico Nacional (CENSIS), servicio que hoy opera de manera ininterrumpida y que trae consigo uno de los proyectos de mayor relevancia para nuestro país como la creación del Sistema de Alerta Sísmica peruano (SASPe), el cual beneficiará en una primera etapa a 10 regiones ubicadas a lo largo de la zona costera del país.
SASPe no predice sismos, pero sí alerta a la población con segundos de anticipación respecto al momento en que serán afectadas por las ondas sísmicas. Por ejemplo, en el caso de Arequipa, si el sismo ocurriera frente a la localidad de Matarani, la alerta llegaría con una anticipación del orden de 12 segundos; si ocurriera en Arica (Chile), la alerta se daría con 40 segundos de antelación. SASPe es un proyecto hecho completamente por peruanos para el beneficio de los peruanos.
Asimismo, hemos logrado consolidar el proyecto del Centro Vulcanológico Nacional (CENVUL) con la instalación de instrumental geofísico sobre 12 volcanes activos ubicados en la región sur del Perú. Para 2021, se concluirá la infraestructura que albergará al Observatorio Geofísico y Vulcanológico del Sur del Perú en el distrito de Sachaca, desde el cual se potenciará el monitoreo volcánico, así como el desarrollo de investigaciones y formación de futuros profesionales en estas temáticas relevantes para la región sur.
Para 2021, esperamos consolidar el proyecto de establecer una red de monitoreo y alerta de lahares, flujos de lodo volcánico propios de la temporada de lluvias que históricamente han afectado a las ciudades de la región sur del Perú. Como IGP asumimos el reto de dar las alertas ante la inminente ocurrencia de lahares y proporcionar los tiempos de llegada de este peligro a cada área urbana, así como propuestas de escenarios de posibles afectaciones en salvaguarda de la población.
Quienes leen esta columna podrían preguntarse: ¿por qué el Estado peruano asigna estos retos al IGP? La respuesta es clara y precisa: calidad profesional, responsabilidad y producción científica de excelencia en el país. Somos una institución científica al servicio de los peruanos y, para ello, realizamos «Ciencia para protegernos, Ciencia para avanzar».
Fuente: IGP