El mundo se pudo de pie en París, cuando más de un millón y medio de personas marcharon en defensa de la libertad de expresión y contra el terrorismo, luego de los hechos de violencia ocurridos en días pasados que dejaron como saldo 17 personas muertas, entre ellas 12 periodistas del semanario satírico Charlie Hebdo.
En la manifestación se hicieron presentes decenas de líderes mundiales, entre ellos jefes de Estado musulmanes, para sumarse a cientos de miles de franceses, en medio de intensas medidas de seguridad por el tributo sin precedentes a las víctimas de los ataques islamistas ocurridos esta semana.
El presidente francés François Hollande, saludó a los familiares de las víctimas de la masacre perpetrada por un grupo fundamentalista islamista en contra de un grupo de periodistas.
Unos 2.200 policías y soldados vigilaban las calles de París para proteger a los manifestantes de posibles atacantes, y había francotiradores en los techos de los edificios además de efectivos vestidos de civil entre la multitud.
En Francia, los atentados plantearon cuestionamientos sobre la libertad de expresión, la religión y la seguridad, y más allá de las fronteras francesas expuso la vulnerabilidad de los países a ataques en los centros urbanos.
Diecisiete personas, entre ellos periodistas y policías, fallecieron en tres días de violencia que comenzó con un tiroteo en el semanario satírico Charlie Hebdo el miércoles y acabó con una toma de rehenes en un supermercado judío el viernes. Tres hombres armados fueron abatidos.