LORETO. El Proyecto Humedales del Datem (PHD) contribuyó a mejorar la calidad de vida de 13 mil personas de 120 comunidades de siete pueblos indígenas, a través de bionegocios orientados a construir resiliencia y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero causados por la deforestación. La iniciativa buscó fortalecer las estrategias de conservación y el desarrollo sostenible en la provincia del Datem del Marañón.
El proyecto se inició en junio del 2017 con un financiamiento de US$9 100 000 por parte de Green Climate Fund, el fondo verde climático más importante del mundo, y Koica, la principal agencia de asistencia de Corea para el desarrollo. Fue implementado por Profonanpe en el Abanico del Pastaza, un humedal de importancia mundial por su riqueza hídrica y biodiversidad. Además, es captador de gases de efecto invernadero para mitigar los efectos del cambio climático.
Considerado como un proyecto emblemático, el PHD trabajó de la mano de comunidades nativas de los pueblos indígenas Awajún, Achuar, Chapra, Kandozi, Kichwa, Wampis y Shawi para la incorporación de sus conocimientos tradicionales en procesos tecnológicos. Esto generar productos sostenibles, lo cual ha permitido mejorar sus ingresos mientras se aplican estrategias de conservación y manejo sostenible de los recursos naturales.
Entre los logros más destacados, están la generación de modelos de bionegocios, a través de un sistema de gobernanza de los territorios por parte de los siete pueblos indígenas. Estos fueron establecidos en sus instrumentos de gestión como la zonificación territorial indígena, construida desde la cosmovisión, saberes y usos ancestrales de sus territorios y ecosistemas. Esto permitió el reconocimiento y valorización de la riqueza intercultural de los mismos.
Se implementaron 61 bionegocios; cuatro bionegocios que funcionan con energía fotovoltaica. Además, se establecieron 48 instrumentos de aprovechamiento sostenible, y se efectuó también la implementación de dos plantas de hielo con energía fotovoltaica.
Asimismo, el proyecto, junto a las asociaciones indígenas, postuló y ganó seis fondos concursables para mejorar los procesos productivos y fortalecer las capacidades de los bionegocios. También se ha contribuido a la formalización de más de 35 asociaciones y juntas directivas de las comunidades.
Otro propósito al final del proyecto es reducir las emisiones de carbono en 1,3 Mt CO2-e. Por ello, entre 2017 y 2022 se intervino en 418 722 mil hectáreas y se evitó emitir 526 812 toneladas de dióxido de carbono.
Cabe destacar que Datem del Marañón tiene zonas ricas en reservas de carbono, posee biodiversidad y el potencial de recursos forestales no maderables (aguaje, otros super frutos, hidrobiológicos, medicinales, servicios ecosistémicos). Un último estudio de medición de stock de carbono en turberas revela que es el tercer reservorio de carbono más importante del mundo.
Sin embargo, sus principales amenazas y riesgos son la minería ilegal, tráfico de fauna silvestre, la expansión de la frontera agrícola, la extracción inadecuada de los frutos del aguaje, así como la dificultad para ingresar al territorio por los costos y pocos medios de transporte disponibles.
El proyecto culmina en diciembre próximo y hasta el momento se logró firmar 28 convenios de comercialización, por lo cual es necesario e indispensable que pueda seguir contribuyendo al desarrollo sostenible de la provincia del Datem del Marañón y a mejorar la calidad de vida de sus habitantes.