Durante la primera jornada del 10° Congreso Mundial del Papa, el rol de la biodiversidad de la papa en favor de seguridad alimentaria fue uno de los principales temas abordados. El Perú es uno de los países con mayor diversidad de papa y camote del mundo. En ese sentido, el Centro Internacional de la Papa (CIP) desarrolla una labor científica para preservar la biodiversidad e identificar los atributos de cada variedad para que estén disponibles para la mejora de cultivos, tanto a nivel nutricional como de resistencia.
El CIP contribuye a conservar la diversidad genética en su Banco de Germoplasma con una colección de más de 22 000 accesiones de papa, camote, raíces andinas y tubérculos que contienen invalorables atributos genéticos, fisiológicos y bioquímicos. De esta manera, apoya y permite el uso oportuno de diversos principios genéticos básicos para el desarrollo de variedades que puedan garantizar la productividad global de alimentos saludables, abundantes y seguros.
“El Banco de Germoplasma es una colección viva que debe mantenerse 100 años en adelante, con sus atributos intactos. En el CIP almacenamos tanto las semillas, cultivos in vitro y otros en crio preservación. De esa manera, si en los próximos años se presenta una plaga o cambio drástico en el clima del mundo, los científicos podrán acceder a esta ‘arca viviente’ y buscar una solución que ayude a la humanidad”, dijo David Ellis, jefe del Banco de Germoplasma del CIP.
Si bien décadas atrás, el principal interés de la investigación era el incremento de la producción de la papa, los desafíos han ido cambiando. Actualmente, el principal uso del germoplasma para la seguridad alimentaria es producir variedades más tolerantes a la sequía, heladas y nutritivas (hierro y zinc) y que se conservan bien a través del mejoramiento genético, se informó a INFOREGIÓN.
“Otra forma de conservación es la que llamamos, in situ, realizada junto con los agricultores en sus zonas de producción. Una muestra de ello es la labor que se viene llevando a cabo en el Parque de la Papa cerca de Pisac, donde las comunidades están cultivando papas de miles de años. Todos estos esfuerzos se complementan y hacen que la biodiversidad de las papas nativas perdure por muchos años en favor de la seguridad alimentaria”, dijo André Devaux, director regional de América Latina y el Caribe del CIP.
En tanto, Miguel Ordinola, coordinador de Proyectos de Latinoamérica del CIP acotó que “también debemos desarrollar alternativas de uso para aprovechar el alto potencial de la biodiversidad y llegar a mercados internos y externos donde alcance un gran valor. El CIP está trabajado en ese sentido con las papas nativas, tanto en su comercialización a nivel fresco como también procesadas. Un ejemplo de ello son los chips, que ahora se exportan a Europa con certificación de comercio justo y certificación orgánica. Los dos retos claves a futuro es generar valor agregado vía procesamiento y acceder a los mercados globales de alto valor”.
El Gobierno del Perú, a través del Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri), viene impulsando la organización del X Congreso Mundial de la Papa y XXVIII Congreso de la Asociación Latinoamericana de la Papa – ALAP 2018, que se llevará a cabo en la ciudad del Cusco del 27 al 31 de mayo.