El Organismo No Gubernamental, ONG, Rain Forest Alliance, RFA, destacó el significativo crecimiento del cultivo de cafés especiales en el Perú, que se ha dado pese a la reducción de la producción cafetalera de más de 320 mil sacos ocurrida durante los últimos tres años. «De hecho, el 30 por ciento de la producción total en Perú cuenta con algún tipo de certificación», afirmó la RFA.
Resaltó, asimismo, que en el tema de los cafés especiales, Colombia tiene en nuestro país un competidor en el mercado que cuenta con programas de certificación organizados por las cooperativas de productores y asociaciones, como es el caso de la Junta Nacional del Café que también ha tenido un rol importante en fortalecer a las organizaciones cafeteras.
De otro lado, RFA se refiere a la conservación de la biodiversidad en el Perú. Dice que el país resulta interesante por el porcentaje de bosque alrededor de los cafetales certificados. Destaca, por ejemplo, el caso de la Central de Cooperativas Agrarias Cafetaleras, COCLA, donde los productores tienen 48 por ciento del área total de la finca con bosques protegidos y el 26 por ciento con cultivo de café.
«El café peruano, con certificación de Rainforest Alliance, es de calidad similar en todas las regiones y lo ratifican compradores como Taloca y Wakefield», resaltó la ONG al recordar que Perú es el segundo exportador de café certificado por RFA para la compañía Kraft Foods (primero está Brasil y tercero Colombia), igual caso para Tchivo (Alemania) y el primer exportador para el mayorista británico Dr.Wakefield.
Cabe precisar que el 94 por ciento del café producido en Perú se exporta y el 6 por ciento se consume localmente. En el 2008, del total exportado, (3,872 millones de sacos) el 64 por ciento se comercializó en Europa y 28 por ciento en Estados Unidos y Canadá.
Para RFA, el despegue de la producción cafetera del Perú obedece a que este ha sido promocionado como un cultivo alternativo para las zonas que antes fueron dedicadas a la producción de hoja de coca, como San Martín, donde el cultivo de la coca se redujo de 35 mil a 300 hectáreas, mientras crecían las áreas con café para la exportación.
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