El Banco Interamericano de Desarrollo, BID, estaría a punto de aprobar el financiamiento de 400 millones de dólares para el financiamiento de la segunda etapa del gasoducto de Camisea; luego de conocerse los resultados de dos auditorias que encargó tras las denuncias de graves deficiencias en la construcción de la primera etapa y que originaron la paralización del financiamiento.
La consultora Técnica E-Tech detectó graves deficiencias en la calidad del material y la construcción del gasoducto, y las señaló como causa de las reiteradas filtraciones de gas en una zona ecológicamente muy delicada, que originó que el BID, que ya había aprobado una línea de financiamiento de 75 millones de dólares al gobierno peruano para construcción del gasoducto y desembolsado 5, decida suspender la entrega de más dinero hasta tener los resultados de dos auditorias que encargó.
La primera inspección, encargada a ICF Internacional, encontró «un rendimiento en general aceptable» en las áreas de seguridad laboral y protección ambiental, social y de salud, y en planes de contingencia y respuestas de emergencia y concluyó que las dos empresas responsables del proyecto tenían un rendimiento «efectivo» en el control de la erosión, reforestación y biodiversidad.
Por su parte, la segunda auditoria, a cargo de la firma Exponent, se concentró en la integridad física del gasoducto y en sus conclusiones atribuyó la causa de los seis derrames producidos a las condiciones geológicas y no a la mala calidad de los materiales y del trabajo, e indicó también que las medidas de estabilización geotécnica que se aplicaron, redujeron los riesgos.
En contra
Pese a las garantías del BID, representantes de organizaciones ambientalistas y de comunidades, siguen convencidos que el proyecto Camisea es uno de los más dañinos por sus consecuencias negativas en el Medio Ambiente, y causa de deforestación, pérdidas de gas y muerte de peces de los que depende la población local y las comunidades que aún permanecen aisladas.