“En el Perú la cuarentena no tiene éxito por la desobediencia civil”

El biólogo Carlos Bocanegra comentó sobre los impactos ambientales que se producen en medio de la pandemia del COVID 19, que se suman a los que ya los seres humanos hemos venido generado con anterioridad en los ecosistemas y las ciudades. Así lo hizo en una nueva emisión de espacio “Biologando”, conducido por el Blgo. Sandro Chávez, past Decano Nacional del Colegio de Biólogos del Perú.

Ante la envergadura de la pandemia, Bocanegra dijo que “estamos asistiendo a un experimento a escala mundial”. Agregó que ningún intento mundial (el Día sin auto, el Día de la Tierra, etc) ha logrado el efecto planetario que sí ha alcanzado el COVID-19. Consideró que el COVID-19 genera los siguientes impactos ambientales positivos: la disminución del C02, de los residuos industriales, de la deforestación, del consumo superfluo, así como la limpieza de la atmosfera, del agua, y la recuperación de ecosistemas y de hábitats de especies.

En cuanto al impacto negativo de la pandemia, este se ve en el desplome económico, la caída de precios de materias primas, la interrupción de las cadenas de producción, una menor demanda de servicios turísticos, la fuga de capitales, así como una mayor proliferación del hambre y la muerte, una mayor desigualdad social, la producción de toneladas de residuos sanitarios, el desplazamiento humanitario y el colapso de servicios sanitarios.

Resaltó que “el problema principal que impide que la cuarentena tenga éxito es la desobediencia civil. Ningún país ha estado preparado para esta pandemia, ni Estados Unidos. En nosotros se agrava, porque además de la precariedad (en la infraestructura sanitaria, en los recursos humanos), tenemos el problema de la desobediencia”, que sigue siendo el talón de Aquiles en nuestro país.

Sobre el uso de plásticos y del tecnopor en la reapertura del servicio de restaurantes por delivery en el Perú, advirtió que “si no hay una buena gestión ambiental, definitivamente de nada ha servido luchar por una ley de regulación del uso de plásticos”. Al respecto, consideró que el Colegio de Biólogos debe generar una campaña educativa para propugnar una buena gestión de estos residuos.

Bocanegra advirtió que se acercan tiempos críticos en la gestión ambiental. “Me temo que aquí vendrá un efecto rebote. Pasada la cuarentena, una vez restablecida la economía, se priorizará el aspecto económico. No nos engañemos, lo que se viene es el desconocimiento de las normas ambientales: priorizar la minería, la gran industria”, lamentó.

La pandemia a permitido ver espacios naturales con menor contaminación humana. Al respecto, Bocanegra se preguntó si será posible mantener, por ejemplo, que las aguas del rio Rímac o del río Moche se mantengan casi normales o con las mejorías que se han visto. Su respuesta fue afirmativa, pues citó la existencia de normas ambientales. Sin embargo, lamentó que estas no se cumplan. Urgió que se debe impulsar su acatamiento.