En el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) se producen aproximadamente 20 mil hectáreas de hoja de coca cada año, el 57% de la producción nacional, mientras la hoja de coca se cosecha cuatro veces al año, el cacao sólo una.
Esta situación genera que la lucha contra los sembríos de esta planta sea tan difícil, por ello una comitiva de cinco ministros, Agricultura, Salud, Mujer y Poblaciones vulnerables, Inclusión Social y Cultura, así como a los viceministros de Educación, Transportes y el jefe de Devida, viajó a la zona para constatar lo que sucede en ésta, como por ejemplo que pistas del narcotráfico que se dinamitan vuelven a ser reconstruidas inmediatamente.
Ellos fueron a instalar una mesa de trabajo con los productores de hoja de coca, dispuestos a reconvertir las primeras mil 160 hectáreas de coca con productos alternativos lícitos. El punto de encuentro fue Pichari, una ciudad Cuzqueña, relativamente tranquila en donde el desarrollo económico sí ha llegado en comparación al abandono en el que viven miles de familias en el corazón del Vraem. Poblaciones vulnerables que no cuentan con agua, ni desagüe, menos escuelas, centros de salud y carreteras. Estas últimas absolutamente básicas si se pretende que los cultivos lícitos prosperen.
Según Devida, por el kilo de cacao o café se paga 6 soles, mientras que por una arroba de hoja de coca se paga hasta 130 soles, haciendo las divisiones respectivas por cada kilo de hoja de coca se paga 11 soles. ¿Qué acciones debe tomar el Estado para que un cultivo lícito pueda competir con un producto altamente rentable como es la coca?
Fuente: Cuarto Poder