En esos valles viven familias en condiciones de pobreza, donde las políticas públicas de infraestructura, salud, educación y alivio a la pobreza no son especialmente mejores que para el resto de las áreas rurales. El gobierno quiere darle un trato especial a esa zona geográfica.
Las empresas que realizan actividad económica y las familias que constituyen la oferta laboral se verán beneficiadas por las nuevas políticas gubernamentales anunciadas la semana pasada. Sin embargo, esos beneficios no necesariamente llevarán a una menor producción de clorhidrato de cocaína. Para muchas firmas y familias ahora ello abaratará los costos y reducirá los “sacrificios” por seguir haciendo lo mismo.
Una estrategia completa debe abarcar la erradicación paulatina de cultivos ilícitos, donde los planes de desarrollo anunciados actúen como amortiguamiento del ajuste estructural que significaría una menor actividad del narcotráfico. En resumen, para que sea exitosa la política anunciada tiene que ir con un plan que aumente el riesgo de ser cocalero.