Durante el Curso de Conservación del Medio Ambiente y Tala Indiscriminada en el valle de los ríos Apurímac y Ene, VRAE, se informó que si los niveles de deforestación y tala ilegal continúan avanzando al año 2015 se habrían perdido 60 mil hectáreas de bosques naturales y secundarios en esta zona de la Amazonía del país.
El titular de la Administración Forestal Técnica de Fauna y Flora Silvestre de la Selva Central con sede en San Francisco, Víctor Kichis Pawacho, informó a INFOREGION, que al año se pierden aproximadamente 7 500 hectáreas de bosque que equivale a 26 hectáreas de pérdidas al día.
“Es en realidad alarmante los niveles de pérdidas de bosques a los que estamos llegando y sobre todo si tenemos en cuenta que pese a todos los esfuerzos que realizan las instituciones y municipalidades para generar proyectos de reforestación solo se llega a poco menos de 500 hectáreas, que resulta totalmente insuficiente”, indicó el funcionario.
Pérdidas incalculables
Resaltó que con la destrucción de los bosques, las pérdidas son incalculables pues no solo se pierden árboles sino además a toda la gran fauna y flora silvestre que albergan estos. Recordó además que antes existían gran cantidad de animales silvestres que actualmente están desapareciendo.
“El domingo estuve en la comunidad nativa de Sankiroshi, los pobladores se sienten muy preocupados debido a que ya no encuentran los animales silvestres que antes encontraban en los bosques, poco a poco se estan extinguiendo y ello está obligando a los cazadores a ingresar a las zonas vírgenes”, indicó.
Entre tanto el representante de la Agencia Agraria del Valle del Río Apurímac, señaló que pese a que la nueva normatividad ambiental ha incrementado las penas para todas aquellas personas que atenten contra el medio ambiente, lamentablemente las personas las deconocen y no se hacen cumplir.
Agroquímicos
Por su parte el representante de DEVIDA en el VRAE, Percy Colos, indicó que según los reportes oficiales, se utilizan aproximadamente 800 mil litros de agroquímicos anualmente en el VRAE lo que está generando consecuencias letales para el ambiente y para la salud de los pobladores.
“Es necesario comenzar a regular efectivamente los establecimientos que venden estos productos y la vez educar a los agricultores sobre las consecuencias gravísimas que genera el uso de estas en el campo”, resaltó.