Vivir en un cajoncito

Desde los seis meses sufre de poliomielitis y ha vivido dentro de un cajón. Aunque ahora cuenta con una silla de ruedas que le donó la alcaldesa Corina de la Cruz, no se acostumbra a ella “por la altura”. Ella es la señora del cajoncito.

La señora del cajoncito no habla. Pero tiene una historia que contar. “Desde los seis meses sufre de poliomielitis. Nosotros vivíamos en el campo, pobremente, por Cayumba Chico, y siempre teníamos que atenderla, darle de comer y todo como a un bebé, hasta que aprendió sola; ahora tiene 44 años y recibió una silla de ruedas que le fue entregada por la misma alcaldesa Corina de la Cruz, pero no se acostumbra, no puede estar ahí, tiene miedo a la altura, por eso está en su cajoncito”, nos dice Esther Sara Alvarado viuda de Lozano, su madre.

Su hija, Hilda Lozano Jara -la señora del cajoncito-, es una de las tantas personas favorecidas por la Oficina Municipal de Atención a la Persona con Discapacidad (Omaped) de la Municipalidad Provincial de Tocache (MPT), que dirige Lidya Guevara Rengifo, y que brinda ayuda a cientos de personas con la mejor voluntad y un presupuesto que apenas llega 0.5% del presupuesto anual municipal.

El trabajo es arduo y brinda sus satisfacciones, como ver las sonrisas de los niños con labio leporino operados en Huánuco, Moyobamba y Lima.

“Con el sector Educación se viene trabajando el tema de inclusión social, por el cual los niños que tienen pequeño retardo mental pueden estudiar en colegios normales, ya no en un colegio especial, los colegios tienen su presupuesto para que reciban a estos niños”, manifiesta Guevara Rengifo.

La funcionaria reparte sus obligaciones entre trámites de entrega de sillas de ruedas ante la Comisión Nacional Asesora para la Integración de las Personas con Discapacidad (Conadis), reuniones de trabajo en Tarapoto para elaborar el Plan Operativo Institucional y la organización del Festival por el Día del Discapacitado que se realizará por tercer año consecutivo.

“La MPT está en la obligación de construir las rampas para el ingreso a las instituciones públicas, privadas, mercados, para que las personas con discapacidad tengan la facilidad de acceso”, refiere.

En cuanto a las operaciones de labio leporino, cuestan aproximadamente de cinco a siete mil nuevos soles y, gracias a la Omaped, son gratuitas, “y se les paga alimentación, estadía, medicina y operación. Los familiares solo cubren los pasajes del paciente”. La siguiente campaña se realizará del 25 al 28 de junio.

“En mayo saldremos a supervisar a todas las instituciones públicas las cuales deben contar con el registro del 3% de personas con discapacidad, si no cuentan con este registro serán informadas al Ministerio de Trabajo y al Gobierno Regional de San Martín”, asevera Lidya Guevara Rengifo.

En tanto, a Hilda la sacan al sol en su silla de ruedas y así tiene oportunidad de ver a la gente, la luz, los árboles. Y ella sonríe (InfoRegión).