Aunque la investigación ha demostrado que los niños que juegan videojuegos tienen más probabilidades de tener sobrepeso y comer mal, el nuevo estudio es uno de los primeros en examinar esta asociación en estudiantes universitarios.
«Es importante comprender que los videojuegos son un factor de riesgo para los malos hábitos de estilo de vida que pueden contribuir a la mala salud –advierte Dustin Moore, estudiante graduado de la Universidad de New Hampshire (Estados Unidos).
Sabemos que los hábitos desarrollados en la adolescencia y en la edad adulta temprana pueden quedarse con las personas por el resto de sus vidas, por lo que si podemos alentar a los usuarios de videojuegos a comer más sano y hacer más ejercicio, podríamos ayudarlos a vivir más saludablemente sin renunciar por completo a los videojuegos».
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