Fue una cálida mañana de noviembre, cuando los lambayecanos despertaron con la noticia de un incendio en el Refugio de Vida Silvestre Laquipampa -hogar del oso de anteojos y la pava aliblanca-. Una nube negra envolvía el cielo de esta tierra norteña. Conocido el hecho, de inmediato, el equipo del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) del Ministerio de Agricultura y Riego se sumó a los trabajos para sofocar el fuego.
Willian Manayay Manayay, técnico forestal del Serfor, que se encontraba en la zona, organizó el trabajo con los comuneros de Incahuasi, en la provincia de Ferreñafe para hacer frente a los incendios, mientras desde diferentes zonas del país se desplazaban brigadas de bomberos forestales y soldados del Ejército Peruano.
Se reportaba un avance en Laquipampa e informaba con preocupación otros focos de calor en Incahuasi y Kañaris en la provincia de Ferrañafe y Salas en la provincia de Lambayeque, declarados en emergencia por el gobierno. Los incendios en Lambayeque afectaron 2 067 hectáreas de bosques naturales, 2 745 hectáreas de pajonales, 805 hectáreas de plantaciones forestales y 92 hectáreas de áreas naturales protegidas.
Es una práctica común que los pobladores de la zona altoandina quemen los pastizales para preparar los suelos agrícolas, pero con ello, ponen en peligro su vida y la de los bosques; además perjudican gravemente su economía con la pérdida de sus cultivos y animales menores.
Para atender la emergencia, se unieron las instituciones del Estado, el Serfor, Agro Rural, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), el Gobierno Regional e Instituto de Defensa Civil (Indeci) y se agruparon en cuadrillas con el apoyo de bomberos forestales, soldados del Ejército Peruano, a las que se sumaron las instituciones privadas. Se brindó asistencia técnica para construir cortinas corta fuego, y sobre todo salvaguardar la integridad de los pobladores. Entre tanto, los helicópteros bambi backet llevaban agua a las zonas más inaccesibles.
Fueron días de intenso trabajo, solo se dormía un par de horas y el cuerpo tenía que adecuarse rápidamente a caminar a más de 4 500 metros del nivel del mar. Se debía mantener al día los reportes y toda la logística que ameritaba la atención de la emergencia.
La unión hace la fuerza
Cuando ya se había controlado los principales focos de calor pero aún la amenaza de un rebrote era latente, participamos de una asamblea comunal con más de 300 comuneros en la Plaza principal de Kañaris, a quienes se les entregó material y se conversó con los pobladores. Frente a las evidencias, todos parecían entender el peligro que constituía la quema de rastrojos o pastizales.
Kañaris está ubicada sobre los 2 262 metros sobre el nivel del mar, a seis horas de Chiclayo en el noroeste de Lambayeque que colinda con Cajamarca. Sus pobladores hablan quecha. Eran las 10 de la mañana y la asamblea ya estaba a punto de terminar. En eso, escuchamos unos gritos: Fuego, fuego. Levantamos la mirada y en medio del cerro ubicado frente a la plaza se veían las llamas de color anaranjado intenso.
En ese momento, cogimos nuestros implementos de seguridad y corrimos. Todos los comuneros se levantaron y provistos de baldes, rastrillos, picos y palas fuimos al lugar. Tras varias horas de trabajo el fuego se extinguió. Atendida la emergencia empezamos a indagar sobre el origen del incendio. Varias voces señalaban a una comunera. Una asustada mujer, salió al frente sollozando y reconoció que sin querer provocó el incendio. Contó que quemaba rastrojos en su chacra cuando de pronto vino un fuerte aire que llevó el fuego al medio del bosque aledaño.
A raíz de estos incendios, con los comuneros se formaron los Comités de Vigilancia y Control Forestal Comunitarios como aliados para el cuidado y la gestión sostenible de los bosques. A la fecha, existen 12 comités y el Serfor, a través de la Administración Técnica Forestal y de Fauna Silvestre (ATFFS) Lambayeque los capacita y brinda asesorías sobre la identificación y recuperación de las áreas afectadas por los incendios forestales, así como para la prevención.
Por Jhoseliny Castro – ATFFS Lambayeque
Fuente: Boletín “Serfor al día” – 15.02.17
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