Las actividades vinculadas al narcotráfico, como los cultivos de coca, la deforestación y el vertimiento de insumos químicos en el medio ambiente son algunas de las principales amenazas que se ciernen, directa o indirectamente, sobre los lagos, lagunas, aguajales, cochas, manglares, bofedales, entre otros, y que son conocidos genéricamente como humedales.
Así lo indicó Gabriel Quijandría Costa, viceministro de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales en entrevista con INFOREGÍÓN durante el evento “Turismo de Humedales”, una de las actividades impulsada por el Ministerio del Ambiente con motivo de celebrarse hoy el Día Mundial de los Humedales.
Cabe indicar que en el caso particular del valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE), las fuentes de agua son los destinos finales de los insumos químicos que se utilizan en la elaboración de pasta básica de cocaína. Frente a esta situación, Quijandría Costa manifestó que aún falta integrar la adecuada gestión de recursos naturales con el desarrollo alternativo.
“Tenemos una agenda bastante importante que recorrer con DEVIDA. Se ha avanzado mucho en la articulación de mercados y en la promoción de cultivos pero creo que todavía no se ha avanzado lo mismo en cómo incorporar de manera transversal la gestión sostenible de recursos naturales. Es importante la conservación de estos recursos como parte del paquete alternativo a la economía vinculada a la droga”, indicó.
Celebración internacional
El viceministro Quijandría Costa, así como la directora general de Diversidad Biológica del Minam, María Luisa del Río, fueron algunos de los expositores en la celebración del Día Mundial de los Humedales que tuvo como uno de sus escenarios centrales las instalaciones del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp).
“Los humedales tienen una relevancia enorme por su potencialidad para el turismo. De hecho, se nota que hay un crecimiento importante del uso turístico de los humedales. Se calcula que han crecido en un 35% las visitas a estos lugares en los últimos años”, destacó el viceministro.
De otro lado, afirmó que la defensa de recursos como el agua sí puede ir de la mano con actividades que impulsan el desarrollo de un país, aunque las exigencias ambientales peruanas están retrasadas respecto a estándares internacionales.
“Agua y desarrollo no son incompatibles. Tenemos que elevar los niveles de exigencia que les ponemos a actividades productivas para tener ambas cosas, y así asegurar la disponibilidad de agua a largo plazo”, manifestó Quijandría Costa. Soluciones técnicas existen. Pero cuestan. El tema es cuáles son los estándares que le ponemos a estas actividades”, se preguntó.
En ese sentido, señaló que si bien es cierto que en materia de exigencias ambientales hay un notable avance respecto de 1990 al mismo tiempo hay un retraso respecto del 2011.
“En los 90 los proyectos tenían una determinada dimensión de inversión y de impacto ambiental. Hoy eso se ha multiplicado. Pero nuestro sistema de gestión ambiental no se ha modernizado a ese ritmo”, puntualizó.