San Juan, la fiesta más grande de la amazonía peruana, llegó a su punto máximo y se desbordó en las calles de Tingo María, llevando a la gente a las corrientes de agua más cercanas para celebrar esta festividad que hace vibrar a la selva.
Desde muy temprano, las autoridades y diversas agrupaciones de colegios e instituciones públicas y privadas, se dieron una cita madrugadora en la Plaza de Armas, donde se dio el mayor jolgorio con las danzas y la acostumbrada pandillada, en donde grandes y chicos manifestaron su especial alegría por la fiesta. El baile no paró a pesar de una inusual lluvia que se precipitó al legar la luz del día.
Posteriormente, una misa en honor a San Juan Bautista, patrono de la festividad, se realizó en la Iglesia local y luego una pequeña procesión con el santo. En medio de ellos la umsha continuó con la alegría de los presentes, cortándose dos árboles y trasladándose la vigencia de los mayordomos o “cabezón” como se le llama en la selva.
Las calles se vistieron de fiesta con el grupo de danzantes quienes bailaron hasta la Playa Tingo, donde se dio la mayor concentración de gente. Aunque el clima amenazaba con interferir en la celebración, más pudieron las ganas y la costumbre lo que permite que en Tingo María la fiesta se siga viviendo a lo grande.