“En el Vraem la gente ha rutinizado (sic) la violencia, ha rutinizado el cultivo de la hoja de coca porque es parte de la vida, el dinero, la coca e incluso la cocaína, no sé si exagero pero los niños nacen respirando todo eso, es parte de la vida”, sostuvo Mariano Aronés, antropólogo de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga, durante la presentación de su informe sobre educación en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) realizado para el Consorcio de Investigación Económica y Social (CIES).
El documento fue presentado en una mesa de trabajo instalada durante el XXVI Seminario Anual de Investigación 2015, desarrollado en Lima. Su exposición se tituló Enseñar y educar en una zona de conflicto: el caso de los profesores/as del valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro.
“El Vraem es una zona especial porque es altamente productora de hoja de coca y consiguientemente del narcotráfico, y esa caracterización implica repensar y proponer políticas públicas de acuerdo a esta situación”, refirió.
En la investigación se refleja un enorme desencuentro entre una propuesta institucional dela escuela pública y la vida de la gente, “una vida que no se conecta con la perspectiva institucional de la escuela pública, más bien sí con su propia vida, me refiero a su propia experiencia y a su propia expectativa que más bien está en estricta conexión con la producción de hoja de coca y consiguientemente con el narcotráfico, lo que hay es este desencuentro muy fuerte entre esta apuesta de la educación pública en el Vraem muy desde el Estado y para el Estado”, dijo.
Acotó que la escuela pública necesita hacer una especie de click entre su propuesta y reconocimiento de lo que es la vida y es sobre ese reconocimiento que debe pensar la escuela de cómo implementar una política educativa mucho más eficaz, que se reconozca en lo que la gente piensa recibir y lo que piensa respecto al Estado.
Mencionó que cuando el presidente Ollanta Humala fue a Canaire para la creación de dicho distrito, el mandatario dijo que “ser distrito significa asumir la responsabilidad de que aquí se practica el estado de derecho, se practica una cultura de valores, que estamos vacunados contra la violencia y contra el narcotráfico… yo vivía en Canaire y es todo lo contrario, la gente ha rutinizado la violencia, ha rutinizado el cultivo de la hoja de coca porque es parte de la vida, el dinero, la coca e incluso la cocaína”.
Finalmente, sostuvo que sí se educa en términos de ciudadanía, de democracia, de convivencia pacífica, pero viendo la realidad de la gente en el Vraem se contrapone muy fuertemente´.