Las negociaciones sobre el Programa de Reducción de Emisiones de Carbono causadas por la Deforestación y la Degradación de los Bosques (REDD, por las siglas en inglés) terminaron explosivamente esta semana cuando, a pesar del apoyo explícito de 20 países, la Unión Europea impidió la inclusión de una salvaguarda para evitar la conversión de bosques naturales en plantaciones.
Sin esta salvaguarda, la extracción de madera a escala industrial y la sustitución de bosques tropicales por plantaciones de pulpa o palma aceitera podría terminar siendo financiada por fondos originalmente pensados para apoyar a los países en desarrollo en la reducción del 25% de la emisión de gases de efecto invernadero provenientes de la deforestación, la degradación forestal y la destrucción de pantanos.
Según se informó desde Bangkok, la provisión propuesta para ser una “salvaguarda para evitar la conversión de bosques naturales a plantaciones forestales” se evaporó del texto de negociación emitido el último jueves por la mañana.
Durante la última sesión de negociación sobre REDD el jueves por la tarde, Brasil, India, otros países del G-77, y México, Suiza y Noruega exigieron que la salvaguarda fuera reinsertada en el texto que se llevará a las conversaciones de Barcelona, del 2 al 6 de noviembre.
La Unión Europea, representada por Suecia, apoyada por la República Democrática del Congo que habló además en nombre de Camerún y Guinea Ecuatorial, se opuso a la reinserción. Muchos países desarrollados, incluyendo a los Estados Unidos, guardaron silencio respecto de la garantía, pero ningún otro país desarrollado la bloqueó.
“La posición de la Unión Europea es una desgracia. Si la concepción de REDD no está definida para financiar la protección de bosques naturales intactos, todos tenemos que preguntarnos qué estamos haciendo aquí. No existe la posibilidad de prevenir los peligros del cambio climático sin los bosques”, declaró Sean Cadman, de The Wilderness Society.
El Plan de Acción de Bali del 2007 habla de “políticas e incentivos positivos en temas relacionados a la reducción de emisiones producidas por la deforestación y la degradación de los bosques en los países en desarrollo”.
“Hay poca evidencia de que la industria maderera haya resultado en oportunidades de desarrollo para países ricos en bosques”, declaró Laura Furones de Global Witness. “La mayoría de los países que se beneficiarán de REDD tienen sistemas legales débiles, así que REDD sin salvaguardas se traducirá en ingresos que llenarán los bolsillos de los madereros y la élite política corrupta”, agregó.
Muchos países, incluyendo Filipinas y Bolivia, pidieron retener en el texto referencias a la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas que aseguraran los derechos comunales sobre la tierra y otros recursos.
La mayor parte de los aspectos del acuerdo REDD aún tiene que ser discutida en los cinco días de negociaciones que quedan antes de Copenhague. Pero sin la protección de los bosques como una prioridad clave, las expectativas levantadas en Bali de proteger los bosques naturales del mundo se habrán perdido.
La Ecosystems Climate Alliance (ECA) (www.ecosystemsclimate.org) es una alianza de ONG sociales y de medio ambiente comprometidas con la preservación de ecosistemas terrestres naturales intactos y su carbono fuera de la atmósfera, de un modo equitativo y transparente que respete los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales.
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