Un violador con inmunidad

“Walter escúchame, no es del espíritu santo”. “Ya, ya mamita… sí te he tocado… lo vamos a solucionar… yo no estoy diciendo que no hubo penetración… pero mañana mismo hay que buscar… (una clínica para abortar)”.
Ese desagradable diálogo de un violador reconociéndole a su víctima que la ha penetrado no se da en los bajos fondos del hampa o en un penal entre una agraviada y un presidiario. No, esa es la conversación entre una abogada –exasesora del Congreso– y un parlamentario.

Así tenemos que Idelia Calderón tuvo la mala suerte de asociarse al congresista Walter Acha durante la campaña y terminó apoyándolo en su despacho. En un viaje de trabajo a Pucallpa, él la obligó a compartir una habitación con la excusa de la austeridad, para luego poner algo en la bebida que le dio, por lo que la joven abogada no recuerda nada y ahora está embarazada. En los diálogos grabados por la víctima con el parlamentario este reconoce sus actos y ofrece financiar un aborto para solucionarlo.

Por otro lado, el oficialista Acha es una persona acostumbrada a estar al borde de la legalidad y en medio de escándalos. Su jefe de campaña en las elecciones fue encarcelado por haber sido atrapado por la Policía con un cargamento de insumos químicos prohibidos viajando en una zona cocalera con gran actividad del narcotráfico.

Por esa acción criminal de un allegado tan cercano luego de casi un año el parlamentario aún está siendo investigado. Estamos seguros que gracias a su inmunidad parlamentaria la investigación sobre la violación también tomará años hasta que el mandato de este gobierno haya terminado.

Consideramos que si el Congreso quiere realmente empezar a dejar atrás la pésima imagen que tiene ante los peruanos, debería suspenderlo de inmediato para que la Policía pueda libremente investigarlo, sin la protección del espíritu de cuerpo parlamentario, y acusarlo, de ser ese el caso.

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