La acuicultura es una actividad económica importante para el desarrollo local en la Amazonía no solo porque ayuda a la reforestación, sino también porque genera empleo formal y cuenta con amplio potencial de crecimiento. Para el periodo 2009-2019 el crecimiento fue sostenido en 13.8%, cifra importante pero que pudo haber sido mejor si no hubiera llegado la pandemia. Sin embargo, este rubro se está recuperando e incluso ha superado porcentajes de años anteriores.
La empresa Bosques Amazónicos (BAM) trabaja el tema de la acuicultura como una de sus modalidades de negocio y en beneficio de la reforestación, enseñándole a los pobladores locales a tener otras formas de generar ingresos que no impliquen la tala. Es por eso que, ante su excelente trabajo, ha conseguido captar la mirada de fondos de inversión internacional. Veremos un emblemático caso de ello.
Turnaround Carbon es una empresa austriaca líder en consultoría y asesoramiento con más de 20 años en el campo de la sostenibilidad. Apoyada por Christof Industries, entidad dedicada a la investigación y desarrollo de tecnología ambiental y financiada por KWF (Banco Alemán de Desarrollo), Turnaround Carbon visitó el proyecto REDD+ Campo Verde con el fin de empezar un proyecto ambiental sostenible que beneficie directamente a potenciar la acuicultura.
El proyecto que se empezaría a realizar en Campo Verde, área protegida por BAM, buscaría la producción propia de alimento para peces de las “piscigranjas” para reducir costos y sustituir la harina de pescado que llega a costo muy elevado y cuya producción es contaminante. Dejando eso, el producto alimenticio de composta sería de mayor accesibilidad para la región y evitaría que se depreden los ríos.
La tecnología será brindada por la empresa Christof Industries, gestionada por Turnaround Carbon, y se utilizarán las técnicas que ellos, con años de experiencia, pondrán al alcance de las personas encargadas directamente de las piscigranjas. Ellas serán capacitadas para usar los equipos y se les dará un curso de nutrición animal. Todo ello para no dejar cabos sueltos a la hora que se tenga que ejecutar las acciones.
Además de ofrecer tecnología, maquinaria y conocimiento a la acuicultura del Proyecto REDD+ Campo Verde, el proyecto usa una técnica de reciclaje y descomposición para generar este tipo de alimentos que se implementa en varios países. Esta técnica se basa en el procesamiento de residuos para convertirlos en proteína de insectos, a través de la mosca soldado negro, insecto oriundo de la Amazonía que se encarga de hacer el trabajo, por lo que hay impacto ambiental cero.