Tribunal Constitucional declaró prescripción de matanza de El Frontón ocurrida en 1986

Por cuatro votos contra tres, el Tribunal Constitucional, TC, declaró hoy prescrito el caso de la matanza de más de 200 presos en el penal de El Frontón ocurrido en Lima en 1986, proceso al que estaban ligados como testigos el presidente Alan García y el vicepresidente Luis Giampietri.


 


De acuerdo al fallo del Tribunal, de carácter inapelable, la matanza en El Frontón no fue un crimen de lesa humanidad y por tanto tiene períodos de prescripción que en este caso ya se cumplieron, dando con ello la razón al marino Teodorico Bernabé, involucrado en el caso y que había  presentado un pedido de prescripción..


 


La matanza de El Frontón ocurrió en los primeros meses del primer gobierno de García (1985-1990), cuando efectivos de la Marina, controlaron a sangre y fuego un motín liderado por presos por terrorismo, en una operación militar que tuvo entre sus líderes al vicealmirante Giampietri, hoy en situación de retiro y primer vicepresidente del país.


 


El proceso se postergó año tras año a pesar del impulso de organismos de derechos humanos que sin embargo no lograron que se incluyera entre los procesados a García y Giampietri, pues  hasta el final sólo fueron mencionados como posibles testigos.


 


El caso ocasionó una división entre los siete miembros del Tribunal que generó incluso choques internos y un ambiente  de dudas  de supuestas maniobras oficialistas para  poner a salvo al presidente y a su vicepresidente.


 


Informaciones periodísticas dieron cuenta que hasta la semana pasada, la correlación era de cuatro a tres a favor de la no prescripción, pero con el correr de los días el magistrado Ernesto Álvarez, cambió de posición en medio de denuncias periodísticas que aseguraba que había recibido presiones con un caso de acoso sexual.


 


Álvarez votó por la prescripción, junto con el presidente del TC, Juan Vergara y de los apristas Carlos Mesía y Fernando Calle. En el sentido contrario votaron César Landa, Ricardo Beaumont y Gerardo Eto.