A solo tres días del fatídico accidente fluvial ocurrido en el distrito de Samugari, en el que tres personas perdieron la vida al caer a las turbulentas aguas del río Apurímac cuando se encontraban al interior del vehículo, hoy casi se produce otra tragedia similar.
Este último hecho ocurrió en el distrito de Pichari en el puerto embarcadero de Hatun Rumi, cuando un sujeto en estado de ebriedad, identificado como Freddy García de la Cruz, subió su camioneta 4X4 Mitsubishi de placa PIC-862 a las balsas artesanales acondicionadas para trasladarse a la otra orilla en lo que que se conoce como «chimpa».
El vehículo, que no tenía ninguna seguridad, resbaló hacia el río y de no ser por la rápida intervención de quienes se encargan de la conducción de las frágiles embarcaciones el chofer, el ayudante y el vehículo hubieron sido arrastrados por las turbulentas aguas del río Apurímac.
Los pobladores de inmediato llamaron a la central de emergencias de la División de Seguridad Ciudadana de la Municipalidad Distrital de Pichari, quienes se constituyeron en el lugar para prestar auxilio.
Por momentos la oscuridad dificultó las labores de rescate, que se prolongó por lo menos dos horas. Al respecto el director de Seguridad Ciudadana de la Municipaliadad de Pichari, Carlos Sánchez, lamentó que nuevamente la negligencia siga siendo parte la causa de muchos accidentes que han enlutado muchas familias.
“Lo peor de todo es que los pasajeros, cuando el vehículo está siendo trasladado en los botes, permanecen en su interior corriendo el riesgo de quedar atrapado en caso de algún accidente”, indicó el funcionario.
Agregó que los que realizan este negocio de traslado de orilla a orilla no brindan las mínimas medidas de seguridad frente al naufragio de un bote ya que los pasajeros ni siquiera cuentan con salvavidas.
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