Tres muertos deja caída de vehículo al río Apurímac

Gran consternación ha generado en la población del valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE), la muerte de un padre y sus dos menores hijos, quienes perdieron la vida al caer a las turbulentas aguas del río Apurímac el vehículo en el que viajaban desde el distrito de Samugari (también conocido como Palmapampa), en  Ayacucho, al distrito de Kimbiri (Cusco).

El accidente se produjo a la altura de Puerto de Cañapiriato, en Samugari, cuando el vehículo, un Station Wagon de placa de rodaje SS-1779, ocupado por seis miembros de una familia intentaba alcanzar la otra orilla empleando la modalidad del “chimpa”, es decir a bordo de un bote artesanal.

Según las fuentes a las cuales tuvo acceso INFOREGIÓN, la falta de prevención y la no adopción de medidas de seguridad hizo que la camioneta cayera a las turbulentas aguas.

“El chofer no puso el vehículo en neutro y tampoco la persona encargada del bote puso algún “taco” en las llantas del carro, por lo que éste resbaló y cayó a las aguas”, informó el alcalde de Palmapampa, Heyser Anaya, a través del programa Diálogo Ciudadano que se transmite desde San Francisco hacia el VRAE.

La autoridad edil dio cuenta que tras el naufragio del vehículo tres de los seis ocupantes del vehículo, incluido la madre de los dos menores fallecidos, lograron salir gracias a la ayuda de los pobladores que se encontraba en el lugar.

Las víctimas mortales fueron identificadas como Sergio Lapa Quispe, de 40 años, Abel Lapa Castro, de 14; y Talia Lapa Castro, de ocho meses de nacida. Ambos menores quedaron atrapados en el vehículo por lo que su padre trató de rescatarlos, muriendo también en el intento.

Posteriormente los pobladores ayudaron a la Policía y al representante del Ministerio Publico en las acciones rescate de los cadáveres, los cuales fueron entregados a sus familiares.

Chimpas clandestinos

El burgomaestre Anaya señaló que esta es la primera vez que se produce una tragedia de estas características debido al descuido de los choferes y de los encargados de los botes que realizan la chimpa.

“Lamentablemente las personas que realizan esta labores no cuentan con permiso de ninguna autoridad y por lo tanto no tienen ningún control. Esto tiene que acabar y para es necesario que las autoridades se pongan de acuerdo para controlar estos negocios que se encuentran en varios puntos del río Apurímac”, indicó.

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