La Junta de Fiscales de la región Madre de Dios expresó su preocupación ante el incremento de delitos de trata de personas en las zonas de explotación ilegal de minería y la escasa cantidad de denuncias, así como el incumplimiento de las normas laborales en los centros de trabajo vinculados a la actividad aurífera.
Según el Presidente de dicha institución, Pedro Luza Chullo, la trata de personas es una actividad permanente en Madre de Dios, que tiene todo un proceso, desde la captación de mujeres, por ejemplo, hasta su introducción en el negocio ilegal de la prostitución en los llamados ‘prostibares’.
Según una revisión de los casos, la mayor parte de estas chicas procede de Cusco, Puno y Apurímac, aunque en muchos casos la captación se realiza también en Lima a través de avisos publicados en diversos periódicos populares o volantes y folletos, donde se ofrece trabajo.
Su destino es Mazuko
El destino de estas personas, tanto mayores como menores de edad, es en gran medida la localidad de Mazuko, desde donde son reubicadas en los centros de minería ilegal a lo largo del río Madre de Dios.
La autoridad agregó que es difícil concretar un operativo con la Policía Nacional hacia estos lugares casi inaccesibles, pues primero debe contarse con vehículos especiales. Además, debido a lo complicado de la ruta, fácilmente serían detectados por las mafias que se dedican a este delito.
El problema se torna álgido pues como la región se encuentra en pleno crecimiento económico debido al áuge de la minería de oro, la extracción madera y el aprovechamiento de la castaña, junto a la prostitución también se está dando la explotación laboral.
Ante esta situación, las instituciones del sector Justicia, como el Ministerio Público, la Corte Superior y la Policía Nacional están preparando la ejecución de diversas medidas que tengan por objetivo prevenir y controlar tales delitos.
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