«No tenemos elección. Todos nos tenemos que mover desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. La diferencia está en cómo lo hacemos», afirmó una entrevista con Infosalus el entrenador personal y educador para el movimiento Rober Sánchez, con motivo de la publicación de su libro ‘Camina, salta, baila. Muévete más y vive mejor’, en el que defiende las bondades sobre el movimiento y cómo éste redundará en nuestra calidad de vida.
Con ello, este especialista remarca las diferencias entre moverse y hacer ejercicio porque no son lo mismo, «Hacer ejercicio lo sabe todo el mundo, es dedicar un tiempo del día o de la semana a, de forma intencionada, hacer una actividad física, como un deporte, pesas, gimnasio, o una clase dirigida, algo intencionado; en cambio, moverte engloba hacer ejercicio pero es la actividad física que haces desde que te levantas por la mañana hasta que te acuestas. No tenemos opción con ello. Luego hay matices de cómo nos estamos moviendo», afirmó.
A su juicio, nos convienen las dos cosas, como son diferentes, lo que pasa es que llama la atención sobre el hecho de que deberíamos movernos más, no en el sentido habitual de la cantidad, el hacer más ejercicio o correr más kilómetros, quemar más calorías o levantar más peso, sino en el sentido de la frecuencia, que es lo que nos haría romper el sedentarismo.
Asimismo, recuerda que es necesario que nos movamos también más por la amplitud de los movimientos, ya que en nuestro día a día limitamos a nuestro cuerpo a esos movimientos repetitivos del trabajo, cuando en realidad el cuerpo tiene más posibilidades de moverse.
«Debemos hacer cosas más difíciles, y que sean un reto para nosotros a nivel mental, y que nos hagan desconectar cuerpo y cerebro, que es el encargado de movernos y a veces con esa actividad muy repetitiva o que no conlleva movimiento, no nos estimula el cerebro», remarca Sánchez.
«Se entiende que en ese tiempo la actividad es vigorosa, exigente, y el cuerpo no siempre tiene que estar expuesto a ese estímulo. Quienes hacen más ejercicio son los deportistas de élite y sabemos que su carrera tiene una caducidad, más cuanto más exigente es su disciplina, por eso ese tiempo», añade Sánchez.
Movimientos que mejorar
Sobre los movimientos que podríamos mejorar o incorporar en nuestro día a día, aquellos que no hacemos muy a menudo y que son muy importantes para la salud, no solo desde el punto de vista mecánico, sino por las cosas que pasan dentro del cuerpo, Sánchez menciona:
1- Deberíamos pasar más tiempo agachados, y de diferentes maneras, moviéndonos a esas alturas bajas.
2- Suspendernos más en el aire, agarrándonos a una barra, por ejemplo, a la vez que mover más los brazos en el aire, por encima de la cabeza. «Toda nuestra vida ocurre en una altura muy accesible y perdemos la habilidad de agacharnos y de hacer cosas en el suelo, y cosas por encima de la cabeza», matiza el especialista.
3- El vivir el mayor tiempo posible casi descalzos, o en el caso de utilizar zapatos, que estos interfieran lo mínimo posible con la mecánica del pie, con su movimiento, y con su sensibilidad, que es lo que dictamina cómo se va a mover. «Descalzarse tiene un impacto más alto del que nos pensamos porque en realidad los pies son el punto de contacto y apoyo con el suelo, y desde ahí se origina gran parte de nuestro movimiento», argumenta Sánchez.
4- Interrumpir nuestras horas sedentarias con más frecuencia e intentar no pasar más de hora y media sentados. Interrumpir estos periodos muy a menudo, y hacer ejercicio intencionadamente, dedicarle horas intencionadas a la práctica de cualquier deporte; «moverse más no excluye hacer ejercicio sino que está incluido», recuerda.
Razones por las que movernos más
Finalmente, el educador para el movimiento Rober Sánchez enumera estas cuatro principales razones por las que debemos movernos más:
1- Debemos movernos más por salud, y no solamente la salud que nosotros concebimos como corporal, con cómo se mueve el cuerpo, si no también por la salud de nuestras articulaciones, de nuestra salud circulatoria, para estimular la salud hormonal que regula mucho el movimiento, o incluso por una mejor digestión o capacidad respiratoria.
2- Para no atrofiarnos. También el movimiento tiene beneficios a nivel de tener más capacidades físicas a la hora de hacer frente a las exigencias del día a día, que éstas no nos supongan cada vez más esfuerzo físico o cansancio, o que nos duelan las articulaciones, por tenerlas ‘dormidas’.
3- Hay que moverse más también por verse bien, la parte estética también es importante.
4- Nos debemos mover más porque tenemos la posibilidad de hacerlo. «Es un regalo de la vida que si no lo hacemos llegará un momento en el que no podremos y lo echaremos de menos», sentencia Sánchez.
Fuente: Ecoticias.com