Toda la selva es una fiesta

La noche de ayer había dejado un ánimo extraordinario en todos los tingaleses. La maratón de las Antorchas llegó hasta la Playa Tingo y allí se encendió la gran fogata de Los Tulumayos. Luego la fiesta se llenó de buena música con  la fabulosa Fresialinda y Los Villacorta, que desataron la euforia de todos los tingaleses.

Cuando ya amanecía, pasadas las cinco de la mañana, cientos de danzantes tomaron la Plaza de Armas para recibir la mañana de San Juan con alegría y dando tributo a la naturaleza, recordando las costumbres de los ancestros, bailando en cada esquina de la ciudad  y saludando al Patrón de la festividad más grande de la región amazónica.

La parroquia Santa Teresita fue el lugar donde se ofreció una misa en honor al Santo Patrono, luego las comparsas se desplazaron por las calles al son del “Bombo Baile”. Hombres y mujeres de todas las edades danzaban e invitaban a la alegría a todo un pueblo que despertaba con su tradicional música y auguraban una fiesta enorme en la selva.

Lluvia no pudo con alegría de tingaleses
Lluvia no pudo con alegría de tingaleses

La alegría desbordante de los participantes hizo que ni la intensa lluvia impida la realización de todas las actividades preparadas para la celebración.

En hombros, la imagen de San Juan Bautista encabezó la procesión, que fue acompañada por la bella Nathaly, Miss San Juan 2010, y también por la guapísima Karla, Miss Simpatía.

Las dos bellezas tingalesas estuvieron acompañadas por un séquito de otras lindas jovencitas trabajadoras de la municipalidad provincial de Leoncio Prado, todas vestidas con trajes alegóricos.

El recorrido de la imagen de San Juan fue acompañado por decenas de danzantes de diferentes centros educativos que en todo momento llenaron de color y alegría las celebraciones.

Hombres y mujeres de todas las edades abarrotaron calles de Tingo María
Hombres y mujeres de todas las edades abarrotaron calles de Tingo María

Los danzantes y las pandilladas tingales que participaban en la procesión consideraron a la intensa lluvia que no cesaba de caer, como una bendición de Dios en la Fiesta de San Juan.

Cerca de las once de la mañana la lluvia cesó y apareció un sol radiante que parecía invitar a todos a refrescarse en las aguas de los ríos y quebradas, a fin de continuar con las celebraciones de la fiesta más grande de la selva.

En la Playa Tingo, cientos de tingaleses y turistas comieron sabrosos juanes y esperaron desde la madrugada la llegada del día central de la Fiesta de San Juan.

Todos celebran en la selva, Tingo María no es la excepción y por ello  sus calles se llenan de alegría, de intensos sabores y olores y sus pobladores, fieles a la tradición, bailan, cantan, aman, festejan y gozan con estas fiestas, las más esperadas por todos.

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