Estaba escrito. El destino de la provincia de Leoncio Prado no tenía ya que ver con el de Juan Picón Quedo, el alcalde electo que no llegó a asumir su cargo debido a una enfermedad grave que tuvo un desenlace fatal.
Decían los antiguos griegos que sus dioses mitológicos acostumbraban a jugar entre ellos con la vida y el destino de los simples mortales, como una forma de no aburrirse allá en las nubosas alturas del Monte Olimpo.
Muy lejos de allí y más cerca del Alto Huallaga, en el caso de nuestra provincia de Leoncio Prado (Huánuco), esos dichos podrían tener mucho de verdad si los vinculamos con la reciente muerte -en el Hospital de Neoplásicas de Lima- del alcalde electo, don Juan Picón Quedo, hecho que ha conmocionado a toda la región y sumido en la tristeza y el estupor a muchos vecinos de Tingo María.
Picón Quedo, que tenía 59 años de edad al momento de su deceso, fue víctima de un cáncer que lo mantuvo en tratamiento especializado durante un largo período en el extranjero, a pesar de lo cual retorno al país para impulsar su campaña política para participar en las Elecciones Municipales del año pasado, de las cuales resultó ganador.
“Toda la provincia de Leoncio Prado está de duelo, por la partida de nuestro hermano Juan Picón Quedo”, manifestó el alcalde distrital, Javier Bardales Porta, a INFOREGIÓN, recogiendo el sentir de muchos pobladores.
El malogrado burgomaestre ya había dado preocupantes señales cuando no pudo recoger sus credenciales ni asumir el cargo para el que fue electo en las últimas elecciones regionales y municipales del 2014, el mismo que fue encargado al teniente alcalde Carlos Zapata Medina.
Por ahora, el panorama político para Leoncio Prado se torna complejo, pues los tingaleses y los habitantes de los pueblos de alrededores tendrán como máxima autoridad de la comuna a otra persona, quien tendrá que honrar la memoria de quien les dejó el camino trazado.
DATO
Su esposa, Gleisy López Bardales, hizo pública la noticia a través de su cuenta en Facebook, en donde escribió: “Hoy 13 de enero, a horas 1:00 a.m. El Señor decidió llevárselo para disfrutar de su Gloria. Estoy agradecida de la vida, me dio la oportunidad de tener un esposo maravilloso, donde juntos logramos compartir, reír, llorar, gritar, AMAR, respetar, valorar y sobre todo cuidarnos”.
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