Una vez más, el dirigente de la Central Nacional de Cuencas Cocaleras del Perú (CENACCOP) Eduardo Ticerán Salazar insistió en negar lo evidente: que en el valle del río Monzón existen laboratorios para la elaboración de pasta básica y clorhidrato de cocaína, además de centros de acopio de la mercancía ilegal.
El líder de la CENACCOP restó autenticidad de las abundantes fotos, videos, detenidos y testimonios que acreditan todo lo contrario. Luego afirmó que los propios cocaleros se están encargando de reforestar los bosques talados para sembrar coca y “cuidar el ecosistema”, evitando arrojar basura al río.
Sin embargo, nada dijo sobre las grandes cantidades de insumos químicos, como el ácido clorhídrico, el kerosene y otros productos que sirven para la elaboración de cocaína, y que luego de cumplir con esa misión son vertidos en los propios campos y ríos, destruyendo la vida en la Amazonía.
Respecto a la anunciada paralización de su gremio para el próximo 20 de agosto, presentó al doctor Wilder Miranda Ordóñez, alcalde del distrito de José Crespo y Castillo, como interlocutor oficial del gremio ante la Mesa de Diálogo establecida por la Presidencia del Consejo de Ministros.