Una columna del grupo terrorista Sendero Luminoso incursionó en el centro poblado de Mantaro, ubicado en el distrito cusqueño de Pichari, en el valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE), para cumplir con brindar seguridad a los narcotraficantes que operan en esa zona. Con el objetivo de perpetrar nuevos atentados contra las fuerzas policiales y militares, los subversivos estarían aprovechando el contacto con algunos pobladores de la zona a fin de obtener información sobre los movimientos del personal policial y del Ejercito del Comando Especial del VRAE en los alrededores a esta localidad.
Además, en estas incursiones los senderistas intentaron adoctrinar a los pobladores de la comunidad de Fortaleza, donde habitan nativos y colonos.
Según algunos pobladores, los terroristas iban vestidos con ropa militar de color negro, algunos con botas y otros con zapatillas. Los subversivos portaban armas de largo y corto alcance tipo FAL, AKM y Mauser.
Se supo que la presencia de los terroristas tenía que ver con el apoyo y la seguridad que brindan a los narcotraficantes que participan en el proceso de elaboración y traslado de la droga. Aunque también se encargarían de adoctrinar a los pobladores de la comunidad de Fortaleza donde recientemente se acentuaron habitantes nativos y colonos.
Gracias a su vinculación económica con los narcotraficantes, los senderistas pueden adquirir productos y alimentos a la población, lo cual les permite satisfacer sus necesidades básicas.
La zona en la que está ubicada la comunidad Fortaleza es un lugar estratégico y de difícil acceso por la agreste vegetación y la gran altitud en la que se encuentra. Los elementos subversivos se habrían movilizado desde el distrito de Satipo, cerca del río Ene, zona con presencia de terrorista según informaciones policiales.
Los miembros de Sendero Luminoso pretenden ampliar su base de apoyo hacia esta zona gracias al financiamiento que obtienen del narcotráfico.
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