Terroristas asesinaron a 13 miembros de las FF.AA. en el VRAE en el 2011

Trece soldados caídos fue el saldo que dejaron los diferentes enfrentamientos y emboscadas por parte de los remanentes de Sendero Luminoso hacia los efectivos militares y policiales de las Fuerzas Armadas en la zona del Valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE) durante el año 2011.

La primera víctima de un ataque terrorista en el 2011 se produjo el 16 de mayo del 2011 en la base contrasubversiva de Unión Mantaro en el distrito de Llochegua, con el fallecimiento del Sargento Ronald Félix Machaca Llacho, de 22 años.

Menos de un mes después, el 5 de junio, se produjo un segundo ataque en la localidad de Choquequirá, perteneciente al distrito de Vilcabamba, que acabó con la vida de cinco militares pertenecientes al Batallón de Comandos Nº 116, dicha escuadra se dirigía a custodiar las elecciones presidenciales.

Las víctimas fueron identificadas como el SO3  EP Hilmer Ángeles Casio, el SO3 EP Albán Torres Rusber; SO3 EP Cuyo Huamán Zósimo, SO3 EP Casimiro Arias Uretra, Eugenio Casimiro y el SO3  EP Charles Tananta Yumbato.

El 19 de julio, dos soldados muertos y otros dos heridos fue el resultado de un feroz ataque a la base contrasubversiva de Unión Mantaro. Los fallecidos fueron identificados como el Sargento 2do EP; Dibes Ríos Flores y el soldado EP Wilson Sánchez Tahuanari, ambos pertenecientes al Batallón de Comandos Nº 42 de Pichari.

Tras estar en la clandestinidad por algunas semanas, el 14 de setiembre en el distrito de San Martín de Pangoa, en la región Junín un grupo de terroristas francotiradores atacaron un helicóptero del Ejército, asesinando a dos oficiales. Las víctimas fueron identificadas como el Teniente Coronel EP Ernesto Esneider Vásquez Silva y el capitán Alberto Jenner Vidarte Campos.

Del 2008 a la fecha se han producido diez ataques a helicópteros.

Al mes siguiente, el 17 de octubre el Sargento EP Moisés Vásquez Uchicapi quien iba al frente de una patrulla fue asesinado por balas senderistas, una arriesgada maniobra permitió que los pilotos del helicóptero MI-17 EP-617 pudieran escapar de las ráfagas y salvar a todo un escuadrón.

Base vulnerable

Tras el ataque del 16 de mayo en Unión Mantaro, remanentes de Sendero Luminoso volverían a perpetrar un nuevo ataque el 21 de noviembre a la misma base contrasubversiva. Fuentes confiables aseguraron que durante el ataque los soldados se encontraban desprevenidos.

El hecho produjo la muerte del Teniente EP Roberto Andrés Obregón Ángeles. Con impactos de bala y esquirlas resultaron el Mayor EP Jorge Walter Villanueva Calderón y el soldado del servicio militar voluntario Ignacio Lancha Chuy.

El último ataque terrorista se produjo el pasado 12 de diciembre a una patrulla combinada del Ejército, la Marina y la Policía en la zona de Tutumbaro, cerca al Puesto de control policial de Machente, en la cual el suboficial Leoncio Felipe Mendoza falleció producto de una herida de bala.

Ese día se produjo un segundo taque en circunstancias en las que un helicóptero intentaba insertar una patrulla de fuerzas especiales para repeler el hostigamiento.

Entre los ataques comunes figuran a las bases contrasubversivas y emboscadas a patrullas combinadas del Ejército y Policía. Todos ellos arrojaron un total de 13 fallecidos. No obstante se desconoce el número de víctimas de balas, esquirlas, estallidos y mutilaciones que ocasionan los ataques terroristas.

Factor sorpresa

En declaraciones a INFOREGION, el analista en temas de seguridad y narcotráfico, Rubén Vargas Céspedes, sostuvo que todos los enfrentamientos en el VRAE han tenido un como común denominador el elemento sorpresa pero no de parte del Estado ni de las Fuerzas Armadas sino de los remanentes senderistas.

“Lamentablemente los registros nos indican que todas las emboscadas que se han producido en el VRAE fueron realizadas por Sendero Luminoso y ni una sola por las fuerzas armadas. Los ataques a la base contrasubversiva fueron ataques terroristas que no tuvieron una respuesta profesional”, indicó.

Datos

Existe un registro de diez ataques senderistas contra sólo tres helicópteros MI-17 del Ejército en el VRAE, en una proyección de tres ataques por aeronave desde el 2008 hasta la fecha. El detalle está en que de los diez ataques, siete incidentes fueron reportados en Ayacucho y tres en el departamento de Junín. La refacción de los mismos le ha costado al Estado la suma de 1 millón de dólares americanos.

No se salvaron ni las unidades aéreas. En lo que respecta a los tres últimos años, se han producido 23 ataques terroristas contra helicópteros del Ejército y la Fuerza Aérea del Perú (FAP) destacados en el VRAE, generándole en gastos por reparación al Estado la suma de 8 millones 694 mil dólares americanos.