Desde el puesto de vigilancia número 1, un joven soldado defiende la base militar más peligrosa del Vraem de los disparos anónimos que llegan desde la espesa vegetación. Son las 9 a.m. del martes 26 de noviembre y en la base contrasubversiva Unión Mantaro, el soldado no ve al enemigo. Él y sus compañeros disparan hacia las zonas desde donde escuchan que vienen las balas, pero las balas son dos veces más rápidas que el sonido, una impacta en el pecho del joven militar. El soldado se llama Chumpiu Sauki Entsakua, es indígena achuar y tiene 21 años. En enero se enroló al Ejército en Bagua y hace solo dos semanas fue enviado a esta asediada base para cumplir su servicio militar.