La verdad es siempre incómoda, y esta es la verdad: el gobierno de Ollanta Humala se ha disparado en los pies con un anacrónico paquete de medidas para frenar la desaceleración. Es un peligroso retroceso conceptual eso de considerar a la conservación ambiental un freno para la economía, cuando esta se basa, justamente, en los recursos naturales. De hecho no habría economía sin recursos que aprovechar.
El observatorio Vigilante Amazónico presentó esta mañana el segundo informe sobre monitoreo de conflictos sociales que involucran a los pueblos Kichwas (Napo), Kechwas (San Martín), Awajún-Wampis (Amazonas) y Ashaninkas (Satipo). Esto como parte del proyecto “Mitigación de conflictos y desarrollo de la Amazonía”.
El ministro del Ambiente, Manuel Pulgar-Vidal, señaló que la Mesa de Diálogo instalada en la provincia de Espinar, Cusco, que tratará la problemática socioambiental, “va por buen camino”.