Caretas siempre recibe de buena fe a los gobernantes elegidos por el voto popular y evalúa con tolerante comprensión su periodo de asentamiento inicial.
El viernes 30, la fiscal adjunta superior María Maguiña Torres dictaminó que no hay pruebas para acusar a los hermanos Orlando, Manuel y Fortunato Sánchez Paredes, así como a Fidel Sánchez Alayo, Blanca Sánchez Príncipe y Belisario Esteves Ostolaza por el delito de lavado de dinero procedente del tráfico de drogas.
El Instituto de Defensa Legal (IDL) denunció ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) una “grave amenaza contra la libertad de expresión en Perú” por inminente sentencia condenatoria contra los periodistas Juan Carlos Tafur, director del periódico Diario 16 y del ex redactor de ese medio escrito, Roberto More, querellados por el ex ministro del Interior Antonio Ketín Vidal Herrera por presuntos delitos de difamación y calumnia.
Los periodistas Juan Carlos Tafur, director de Diario16; y Roberto More, ex redactor de ese diario y actual editor de INFOREGION, serán sentenciados mañana por el juez del Décimo Segundo Juzgado Penal de Lima Rolando Chávez Hernández por el presunto delito de difamación en contra del ex director de la Policía Nacional y ex ministro del Interior, Antonio Ketín Vidal Herrera.
A mediados del 2010 se reunieron las principales cabezas de los órganos de inteligencia para elaborar la llamada lista blanca de los capos del narcotráfico de nuestro país. En la cita, hasta ahora secreta, se puso énfasis en objetivos de cuello y corbata que se movieran como pez en el agua en el mundo de los empresarios, que tuvieran como asalariados a políticos y personajes públicos, que gastaran fortunas en contratar a abogados de peso y asesores mediáticos y que hubieran dejado en el pasado sus correrías por los valles cocaleros del Perú.
Los hermanos Segundo Manuel, Fortunato Wilmer y Santos Orlando Sánchez Paredes (este último padre de Alfredo Sánchez Miranda vinculado a José Antonio Nava Mendiola) son investigados por lavado de dinero procedente del narcotráfico.
Ayer, durante una conferencia de prensa, el secretario nacional de Política de Perú Posible (PP), Juan Sheput, rechazó la imputación de la revista “Caretas” que trató de vincular a Javier Reátegui con el clan Sánchez Paredes.
Reveló que quien tenía contacto con ese grupo familiar era en realidad uno de los hijos del secretario general de la Presidencia de la República, Luis Nava Guibert.
La embajadora de los Estados Unidos en el Perú, Rose M. Likins, descartó que su gobierno haya abierto o planee abrir una investigación a algún partido político por supuestos vínculos con el narcotráfico a través del financiamiento de campañas electorales.
El candidato a la segunda vicepresidencia por Perú Posible, Carlos Bruce, rechazó que su partido tenga vínculo alguno con el narcotráfico, y aseguró que las fotografías y el informe publicado por la revista Caretas sean prueba de relación alguna con la familia Sánchez Paredes, investigada por este delito.
La historia del clan Sánchez Paredes y de sus presuntos vínculos con el narcotráfico empezó en las alturas de Mollebamba (La Libertad) en la década de los setenta. Con el transcurso de los años acumularon poder político en su lugar de origen y luego económico en la ciudad de Trujillo, donde se trasladaron para fundar un imperio que se diversificó en los negocios de bienes raíces y mineras, y que hasta ahora perdura aunque entre peleas familiares.