A través de una operación de inteligencia a cargo de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) que estuvo al mando de la Policía Federal (PF), se logró hallar un misterioso túnel en la ciudad de Mexicali, Baja California, el cual estaría destinado a la ejecución de acciones de la delincuencia organizada.
A fin de desarrollar y mejorar la capacidad de investigación para combatir los delitos forestales 29 participantes de entidades de aplicación de la ley de trece países de América del Centro y del Sur se congregaron en Lima para asistir al curso de cinco días realizado entre el 17 y 21 de noviembre.
Unos 20 manifestantes encapuchados derribaron el sábado por la noche las vallas de seguridad de los alrededores del Palacio Nacional, sede del Ejecutivo de México y prendieron fuego a la puerta principal del histórico edificio.
Unidades de la Dirección Antidrogas del Perú y la Policía Federal de Brasil han sido destacadas a la frontera común con Colombia, así como a la región de Ucayali, como parte de una operación encaminada a detener el flujo de droga que ingresa a las principales ciudades, varias de ellas, sedes del mundial de fútbol organizado por el vecino país.
La conducta de altos mandos y exjefes de la Policía Federal como Armando Espinosa de Benito y Sergio Quiroz Padilla –protagonista de este reportaje– muestra que las corporaciones no se han saneado. Lejos de eso, sus abusos y probables delitos siguen impunes o, peor aún, se les premia con ascensos y medallas siempre y cuando colaboren a mantener el indecoroso estilo de vida de sus superiores.