Ni coca ni muerte
El valle del Monzón en Huánuco ha sido durante décadas una “zona liberada”. Allí no podía ingresar la policía, la presencia del Estado era simplemente inexistente y tanto el terrorismo como el narcotráfico hacían y deshacían a su antojo. Regía la ley del más fuerte, del terror o de la mafia. La posibilidad de aplicar planes de erradicación de los cocales existía solo en la imaginación de los estrategas del gobierno.