Un km de chalina

Aprendí a tejer de las manos de mi madre cuando tenía siete años. Lo primero que me enseñó fue a poner los puntos en el palito, de una manera rarísima, que luego en el colegio imitaban mis amigas porque el método de mi mamá era más rápido que el de la profesora. Lo primero que se aprende es lo más fácil: reveses y derechos en una chalina. Ese fue mi primer tejido: una chalina azul. Era horrible, estaba mal tejida, llena de errores y horrores, enganchados, puntos falsos, pero la terminé y le puse sus flecos al final y daba la vuelta al cuello. Y aprendí.

¿‘Onstá’ la derecha liberal?

Lo confirmé en la Biblioteca de San Isidro, junto a “La chalina de la esperanza” que Paola Ugaz, Morgana Vargas Llosa y Marina García Burgos han tenido que mudar a otra parte: No hay en el Perú una derecha liberal que dé igual importancia al crecimiento económico y a los derechos humanos. Fuerzas como Renovación (partido de Antonio Meier, el alcalde responsable de la censura), pero también el PPC, el fujimorismo, medio aprismo y los evangélicos de Lay no toleran que se hurgue en la muerte de las víctimas de la violencia política ni que se hable de derechos sexuales u otras libertades humanas. Su alianza con la religión y el militarismo, ‘la cruz y la espada’, les impide ponerse al día y colaborar con la reforma del Estado.

Mundo cultural contra censura a «La chalina de la esperanza»

La exposición de la muestra artística “La chalina de la esperanza” fue desmontada del Centro Cultural El Olivar de San Isidro, luego que fuera censurada a poco días de su inauguración. Los organizadores de la exposición del Colectivo Desvela, mostraron su indignación.

La chalina de la esperanza (video)

Familiares de los cientos de peruanos que desaparecieron en la época de la violencia interna tejen esta chalina gigante en sesiones de tejido que son utilizadas como terapia grupal para procesar el dolor tras muchos años de ausencia del ser querido. “La Chalina de la esperanza” es un proyecto impulsado por la periodista Paola Ugaz y las fotógrafas Marina García Burgos y Morgana Vargas Llosa, mediante él pretenden recordar a los más de 14,500 desaparecidos durante la época del conflicto armado.