Los efectivos de la Dirección Antidrogas de la Policía Nacional (Dirandro) destruyeron un laboratorio de pasta básica de cocaína (PBC) en Monzón mientras resguardaban a los grupos operativos del Proyecto Especial Corah que realizan operativos de reducción de cultivos ilegales en los sectores Manchuria, Río Espino y Santa Rosa de Chacrita en el distrito ubicado en la provincia Huamalíes, en el departamento de Huánuco.
Los integrantes del Departamento de Operaciones Tácticas Antidrogas (Depotad), de Tingo María, desarrollaron una operación de interdicción al narcotráfico destruyendo dos laboratorios de droga en el valle del Monzón, aproximadamente cuatro toneladas de insumos químicos y dos toneladas y media de hoja de coca.
Hasta hace unas semanas, el valle del Monzón era el fortín más poderoso del narcotráfico en el Huallaga. La producción de hoja de coca y de pasta básica que salía del valle aportaba un alto porcentaje de cocaína que exportan las mafias de la droga en el Perú.
El alcalde de Palo Acero, Loel Céspedes Carhua, criticó el doble discurso del burgomaestre de Monzón, Job Chávez, y de los dirigentes cocaleros de dicho valle huanuqueño, quienes la semana pasada dialogaron con las autoridades de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida Sin Drogas (Devida) con quienes firmaron un pronunciamiento en el que se comprometían y avalaban todas las acciones del Plan Nacional de Lucha Contra las Drogas, y ahora pretenden negar los acuerdos alcanzados.
Los trabajadores del Proyecto Especial de Reducción y Control de Cultivos en el Alto Huallaga (Corah) lograron la erradicación de 1,216.84 hectáreas de coca en el departamento de Huánuco.
El ministro del Interior, Wilfredo Pedraza, descartó cualquier posibilidad de suspender la erradicación de los cocales ilegales en el distrito de Monzón y anunció por el contrario, la implementación de diversos proyectos de desarrollo en dicho valle huanuqueño.
Los 60 caseríos y 11 localidades del Valle del Monzón van camino a convertirse en pueblos fantasmas. Conforme avanzan los machetazos de los 1,200 erradicadores del Corah, familias enteras –que durante más de tres décadas sembraron coca ilegal– huyen de allí para sembrar la planta en lugares que estén fuera del radio del gobierno (CARETAS 2269).
El valle del Monzón en Huánuco ha sido durante décadas una “zona liberada”. Allí no podía ingresar la policía, la presencia del Estado era simplemente inexistente y tanto el terrorismo como el narcotráfico hacían y deshacían a su antojo. Regía la ley del más fuerte, del terror o de la mafia. La posibilidad de aplicar planes de erradicación de los cocales existía solo en la imaginación de los estrategas del gobierno.
Hasta el domingo 10 de febrero, los integrantes del del Proyecto Especial de Reducción y Control de Cultivos en el Alto Huallaga (Corah), erradicaron 1,059.41 hectáreas de coca ilegal en la región Huánuco.
El ingreso de las acciones de erradicación de la coca articulada al narcotráfico y de los programas de desarrollo alternativo al Monzón tiene la misma importancia para la pacificación de todo el Alto Huallaga que la captura del terrorista ‘Artemio’.