La empresa Monsanto solicitó ante la Secretaría de Agricultura la autorización para sembrar comercialmente variedades transgénicas de maíz en 700 mil hectáreas de Sinaloa, lo cual ha generado una campaña internacional para la “defensa del maíz mexicano”.
Los altos volúmenes de importación de maíz amarillo duro, inciden de manera significativa en los precios de alimentos básicos como el pollo y los huevos, por lo que desde el Estado se debería apoyar y promover la producción nacional de este grano para que el país pueda autoabastecerse.
Para Fernando Cilloniz, presidente de Inform@cción y experto en temas agrarios, la aprobación del reglamento del uso de semillas transgénicas, debió debatirse públicamente, consensuando y recogiendo las posiciones de los productores del país, a fin transparentar las decisiones del Estado.
El viernes 8 de abril –dos días antes de las elecciones presidenciales y mientras la población seguía con atención los últimos sucesos electorales– a las 6:24 p.m. la secretaría general del Ministerio de Agricultura (Minag) envió un correo electrónico a la secretaría de la Presidencia de la República en el que anexaba la propuesta del reglamento que abría las puertas a los transgénicos en el país.
La Secretaría de Agricultura de México informó la aprobación de dos expedientes de permisos (de 35 solicitados), para siembra experimental de maíz genéticamente modificado, aunque no se detalló el nombre de las empresas, organizaciones o personas autorizadas para realizar las pruebas en terreno controlado.
De ocho muestras de soya y cinco de maiz recogidas en varios mercados de abastos de la ciudad de Huamanga en Ayacucho, todas las de soya dieron positivo para productos transgénicos, alertó hoy la especialista de la Red de Acción en Agricultura Alternativa, RAAA, Ymelda Montoro.
El ministro del Ambiente, Antonio Brack, lamentó que el Instituto Nacional de Innovación Agraria, INIA, no supervise el uso irregular de los transgénicos en nuestro país y permita que se pongan en riesgo las exportaciones de productos agrícolas que se han incrementado durante los últimos años.