Octavio Salazar, otro ministro del Interior inolvidable
Sería injusto que la historia recordase a Octavio Salazar sólo por la extraordinaria invención de los pishtacos. Es cierto que es su obra cumbre. Convirtió el descubrimiento de un frasco de grasa humana en casa de un sicario recién capturado, en el asesinato masivo de 60 personas a lo largo del Huallaga y el VRAE, para vender grasa humana a US$ 15.000 el frasco, a una banda de traficantes internacionales.