Una emboscada terrorista se produjo hace unos minutos a dos patrullas del Ejército Peruano, a la altura del kilómetro 169 de la carretera a San Francisco, en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem).
El Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas confirmó la muerte de cinco soldados fallecidos y cinco heridos como consecuencia de un ataque terrorista a militares en las inmediaciones de la Base Contraterrorista de Mazángaro, Pangoa, Satipo, Junín.
El senderismo y sus aliados del narcotráfico perpetraron una nueva emboscada contra una patrulla militar. Asesinaron a un soldado e hirieron a doce. El repudiable atentado debe llamar la atención del Gobierno sobre la urgencia de revisar y replantear la política y la estrategia contra los remanentes del terrorismo, que sobreviven asociados a las mafias de narcotraficantes.
Tras la emboscada terrorista producida a una patrulla mixta del Ejército, la Marina y la Policía Nacional en la zona de Tutumbaro cerca del puesto policial de Machente, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas confirmó el deceso del suboficial del EP, Leoncio Felipe Mendoza Mendoza de 47 años y de otros cinco heridos, los que actualmente han sido trasladados a las instalaciones del Comando Especial del VRAE.
Hoy al promediar las tres y media de la tarde remanentes de Sendero Luminoso emboscaron a una patrulla combinada del Ejército y la Marina en las alturas de Ccano, distrito de Tambo, en la ruta de acceso al Valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE). Según información extraoficial, el ataque dejó un oficial fallecido y cuatro soldados heridos.
Un teniente del Ejército Peruano, Franklin Mejía Chiroque, fue herido de bala cuando retiraba trapos rojos que por segundo día consecutivo dejaban elementos terroristas en esa zona del país.
El único sobreviviente de la sangrienta emboscada terrorista que acabó con la muerte de ocho valientes policías de la comisaría de Aucayacu, ocurrida el 20 de diciembre del 2005, recibirá finalmente una indemnización. Tras un largo juicio, el Poder Judicial falló a favor del suboficial de tercera PNP Agustín Soto Rivera, y reconoció que este policía fue víctima de una negligencia de los jefes policiales de la zona.