PUNO. La noche del pasado miércoles, se inicio en la comunidad campesina de Aripo del distrito de Cuyocuyo, en la provincia de Sandia, un incendio forestal, que aún no se ha podido controlar. El siniestro afectó a decenas de árboles, además de varias hectáreas de pastizales, postes de alta tensión, entre otros.
El lente de Apolinario Robles no miente. Tras horas de caminata, observó, desde las faldas del cerro Laca, en el distrito de Cuyocuyo, a unos 272 km de la ciudad de Puno, una casa confinada sobre una columna de tierra. “Es de uno de los pobladores que se opuso a la concesión de tierras. Como se negó a entregar su terreno a los mineros, lo dejaron ahí arriba”, explicó un comunero mientras Apolinario disparaba instantáneas del flagrante abuso. La población sindica a Fortunato Sumerente Pocco, Néstor Santa María Chuqui y a la empresa Condoraque, dueños de la concesión del terreno, por haberlo subarrendado a unos dos mil mineros informales para la extracción de oro. “Quienes se oponen a sus designios sufren la quema de sus casas o el aislamiento físico”, señala el poblador afectado, quien evitó identificarse por miedo a represalias.