Tráfico de drogas y política
“Empresarios de alto riesgo”, así es como muchos analistas llaman a los traficantes de drogas. Y no les falta razón. Este negocio, por su carácter ilegal, necesita más que cualquier otro de una cobertura política (protección de congresistas, ministros, asesores y funcionarios en puestos claves), de seguridad (elementos corruptos de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional), del sistema financiero y, finalmente, si por excepción a la regla les salieran mal las cosas, asegurarse la impunidad comprando a fiscales y jueces. Todo este aparato tuvieron y tienen los narcotraficantes en el Perú. Y no es un problema nuevo, lo venimos arrastrando hace 40 años.