El lente de Apolinario Robles no miente. Tras horas de caminata, observó, desde las faldas del cerro Laca, en el distrito de Cuyocuyo, a unos 272 km de la ciudad de Puno, una casa confinada sobre una columna de tierra. “Es de uno de los pobladores que se opuso a la concesión de tierras. Como se negó a entregar su terreno a los mineros, lo dejaron ahí arriba”, explicó un comunero mientras Apolinario disparaba instantáneas del flagrante abuso. La población sindica a Fortunato Sumerente Pocco, Néstor Santa María Chuqui y a la empresa Condoraque, dueños de la concesión del terreno, por haberlo subarrendado a unos dos mil mineros informales para la extracción de oro. “Quienes se oponen a sus designios sufren la quema de sus casas o el aislamiento físico”, señala el poblador afectado, quien evitó identificarse por miedo a represalias.