La trata de personas es, quizás, el problema de derechos humanos más importante que se ha visibilizado en los últimos años y que tiene que ver con situaciones no derivadas de la política sino de las situaciones socioeconómicas de los países.
Democracia, derechos humanos y libertades han sido temas ausentes en la campaña. Una visión optimista diría que hemos avanzado de manera importante y que, por tanto, no requerían una atención especial. Una visión preocupada iría más bien por el lado de lo poco que se cree que les interesan a los electores.
WikiLeaks confirma que la embajada de Estados Unidos fue un lugar de peregrinación para diversos actores públicos. ¡Vaya primicia! Más bien lo novedoso sería anotar cómo su importancia se va ahora eclipsando, al ritmo de su menor poder global y, localmente, por la notoria disminución del nivel de sus funcionarios. (Por cierto, no son los únicos que buscan información e influir. Europeos, brasileños, venezolanos o cubanos hacen lo propio. La diferencia es que no son tan incompetentes para que les birlen sus archivos y los circulen urbi et orbi.)
El tema del narcotráfico está en campaña. Ello sería muy positivo para el país si lo estuviera en serio; si los temas de fondo se estuvieran discutiendo. No es así.
El analista político Carlos Basombrío calificó como “una vergüenza y una cosa lamentable” la renuncia del ahora ex ministro del Interior, Fernando Barrios a consecuencia de los serios cuestionamientos desatados sobre una compensación económica recibida luego de trabajar para Essalud.
Como muchos peruanos me precio de haber leído y disfrutado todas las novelas de Vargas Llosa (varias más de una vez). Como tantos, espero con enorme impaciencia que salga a la venta El sueño del celta. Pero no estoy ni remotamente capacitado pare escribir sobre su literatura.
La corrupción es de lejos la primera causa de desaprobación de la gestión gubernamental. Es una de las razones centrales del profundo descrédito de la política. Le quita una tajada importante a lo que debiera ir como obra pública y es un problema para el desarrollo de actividades económicas en competencia leal y transparente.
La socióloga peruana Lucía Dammert, asesora del Departamento de Seguridad Pública de la OEA y directora del programa de Seguridad y Ciudadanía de Flacso Chile, presentará hoy por la noche el libro ‘Violencia e Inseguridad Ciudadana en las Américas’, un análisis comparativo entre América del Norte y América Latina sobre las iniciativas políticas de los países respecto de la lucha contra la inseguridad en las ciudades de la región.
Como ya es costumbre, a la pregunta de cuál es el principal problema de la ciudad, la seguridad ciudadana aparece en primer lugar; ello, pese a tener competidores tan connotados como el tránsito y el transporte. Lo ratifica la más reciente encuesta Ipsos Apoyo, donde el 73% considera a la delincuencia como el principal problema de Lima.
La formalización de muchas actividades productivas y económicas, que por ahora al ser ilegales no tributan al Estado, como es el caso de la minería informal, podría generar recursos para que los municipios de la región Madre de Dios puedan reforzar sus planes de seguridad ciudadana, señaló el exviceministro del Interior, Carlos Basombrío.