Oronccoy, un pueblo entre la guerra de narcos y el olvido
La noche del 28 de enero, en casa de Fabio Zúñiga, nadie durmió. Su esposa, Carmen Carrasco, y su hija Esperanza, de 11 años, no habían vuelto a casa. Fabio y sus dos pequeños hijos esperaron el amanecer temiendo lo peor. Cuando por fin apareció la primera luz del día, Fabio fue corriendo hasta el huerto donde el día anterior había visto por última vez a su mujer. No la encontró. Rodeó la casa y, a lo lejos, vio dos cuerpos. Carmen y Esperanza habían sido ejecutadas de tres tiros en la cabeza.