Ofensiva al terrorismo

Del 2005 al 2012 las noticias que salían del Vraem eran las emboscadas a las patrullas militares, los ataques frontales a las bases contraterroristas y los sabotajes dinamiteros a los campamentos de las empresas privadas; es decir, durante siete años el grupo terrorista era la principal fuerza fáctica que mantenía en jaque permanente a las Fuerzas Armadas (FF.AA.) y a la Policía Nacional (PNP). Es más, después del segundo secuestro de los trabajadores del gas de Camisea (abril del 2012), escalaron su nivel de peligrosidad hasta convertirse en una real amenaza a la seguridad nacional.