Las actividades extractivas en el Perú han terminado siendo una pesadilla para las poblaciones que habitan en sus zonas de influencia. En el caso de la minería, cuando la mina cierra deja atrás los relaves, mientras que en la extracción de petróleo, particularmente en la Amazonia, los derrames y filtraciones continúan sin ser remediados.
A enero del 2019 el Ministerio de Energía y Minas (MINEM) tenía registrados en el Perú 8,448 pasivos ambientales mineros y 156 de actividades hidrocarburíferas. Sin embargo, el ministro de Energía y Minas Francisco Ísmodes ha asegurado que en todo el país existen alrededor de 9,000 pasivos mineros y 3,000 de hidrocarburos que están pendientes por resolver.