Los yanomami son aproximadamente 35,000 personas que ocupan un territorio que se extiende de ambos lados de la frontera entre Brasil y Venezuela. La Tierra Indígena Yanomami (TIY), establecida por ley en 1992, tiene una extensión de más de 9.5 millones de hectáreas entre los estados brasileños de Roraima y Amazonas. Como parte de su política fuertemente anti-indígena, el presidente Jair Bolsonaro la mira con creciente molestia. Mientras tanto, la Fundación Nacional del Indio (FUNAI), fuertemente debilitada por el nuevo gobierno, no defiende a la TIY de las invasiones de miles de garimpeiros (mineros ilegales) que están destruyendo el territorio y la selva amazónica, lo que genera contaminación por mercurio, violencia y enfermedades en la población indígena.