Felícitas, toda su vida se la pasó en la chacra, cuidando a sus animales, a sus vaquitas, junto a su papá, junto a su mamá quienes le enseñaron los principios del cuidado de los animales, el cariño con el que hay que tratarlos… Isidro, hacía lo mismo, en su comunidad, aprendía igual. Esta enseñanza de padres a hijos sobre el manejo de pastos, cuidado de los animales, del agua o de la naturaleza tiene bases ancestrales y es parte de su tradición. Este conocimiento, estos saberes previos, no lo podían certificar en la escuela.