Diversos parlamentarios solicitaron la renuncia del presidente ejecutivo de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA), Ricardo Soberón, luego que se difundieran unas comprometedoras comunicaciones electrónicas sostenidas con ideres de organizaciones cocaleras.
El jefe del gabinete de asesores de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA), Julio Castro Gómez aseguró que el “zar antidrogas” Ricardo Soberón se mantiene en la línea definida por el presidente de la República, Ollanta Humala Tasso respecto a la lucha contra el narcotráfico.
Serafín Andrés se comunicó con el jefe de Devida para que, por sus contactos, el Gobierno paralice la erradicación de cocales. “Él [Soberón] tiene una consultoría y nosotros a ese espacio algunas veces le consultamos”, señaló el dirigente cocalero. Congresistas de distintas bancadas demandan que Soberón no siga al frente de Devida por su apoyo a los cocaleros
En su juramentación el 28 de julio como presidente de la República, Ollanta Humala fue enfático en su compromiso con la lucha contra el narcotráfico, la no legalización de las drogas y la erradicación de los cocales cuya producción abastece a los traficantes.
En días recientes se armó un alboroto porque el nuevo jefe de Devida, Ricardo Soberón, mandó suspender temporalmente la erradicación de cultivos de coca. La explicación fue la necesidad de redefinir esta política para buscar una mayor eficacia, puesto que los resultados no han sido positivos.
“El Perú es muy atractivo para la inversión eólica porque tiene un marco regulatorio importante”, sostuvo Juan Coronado Lara, director general de Energía Eólica, durante su presentación en la Mesa Redonda “Energía y la nueva administración” organizado por el Instituto de las Américas sobre temas relacionados con el gas natural, el tratamiento de la inversión extranjera, los combustibles alternativos y las energías renovables.
Eran pasadas las tres de la tarde del jueves 25 de agosto en un casino de apuestas de Monterrey, corazón industrial de México y capital del pujante estado fronterizo de Nuevo León, ahora controlado en buena medida por uno de los más sangrientos cárteles de la droga, los Zetas.